Queridas compañeras y queridos compañeros:

Os quiero informar de todo aquello que va pasando y de temas que pueden ser de vuestro interés.

Es evidente y todos sabemos que el tiempo económico y de actividad que estamos viviendo no es bueno.
Vosotros lo soportáis en vuestros estudios y en las actividades de cada uno y sobre nosotros, desde el Decanato, recae la responsabilidad de gestionar todo lo común en ese mismo medio perverso. Aún y todo, por convencimiento, he tratado de iros informando de todos nuestros problemas desde la más absoluta realidad, sin falsos parches pero, eso si, desde una cierta visión positiva de los acontecimientos y del futuro.
A esto, hay que darle cara.

Es cierto que una grave y larga crisis, en términos coloquiales, es insoportable, pero tiene de positivo que hace saltar, con mucha evidencia, las luces amarillas y rojas de todo aquello que funciona deficientemente. Y diferencia muy bien las buenas de las malas estructuras. Y señala muy bien las necesidades. Y también los errores a corregir.
En ello estamos.

Y los tiempos, además, corren veloces. Y los acontecimientos se montan unos en otros. Y no te dejan tiempo para parar y reflexionar. Sin embargo, hay que ser rápidos en las respuestas, adelantarse, y admitir, a la vez, que nos podemos equivocar. Es tan errado, en estos momentos, dar mil vueltas a las cosas como no darles ninguna.
Lo sabéis de sobra.

Y creo que el Mensaje va a ser mas largo que lo habitual. Así que recurriré a la técnica de los fascículos.

Continuará